Lo Suficientemente ‘Ingenuo’ para Creer



si lo lees al pie de la letra, todo cambia.





«Así dice el Señor:
El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies.
¿Dónde está la casa que me habréis de edificar?
¿Dónde el lugar de mi reposo?
Pero miraré a este:
al humilde y contrito de espíritu,
y que tiembla a mi palabra.»
— Isaías 66:1–2




La Escritura nos ofrece dos maneras de leer esto.
Una manera es retórica: Dios es soberano, está por encima de todo, intocable. Nosotros encogemos los hombros: ¿Qué puedo hacer? Ese es el camino de los “elegidos congelados”: asentir a la soberanía mientras permanecemos al margen.

Pero si lo lees literalmente, todo cambia. Dios está diciendo: Estoy buscando a alguien. No el sistema correcto, no la teología perfecta, sino personas lo suficientemente humildes como para temblar ante Su palabra. Eso no es resignación—es un llamado.

Esto es lo que hace a un misionero: ser lo bastante ‘ingenuo’ como para tomar a Dios en Su palabra. Lo bastante ‘ingenuo,’ como Isaías en el capítulo 6, para responder cuando el Santo pregunta: “¿A quién enviaré?” Lo bastante ingenuo para creer que el mundo importa, que las personas importan, que HaShem que no necesita nada ha escogido obrar a través de nosotros.

Lee Isaías 66 de manera retórica y permanecerás a salvo. Léelo literalmente—y serás enviado.